Gárgolas insomnes

Septiembre 13 de 2005

A veces hay que tocar fondo para salir a flote y respirar otra vez, como de nuevo. A veces hay que morir para volver a nacer. Hay que destruirnos totalmente para crearnos de nuevo, todo de nuevo. Si la palabra crisis se escribe igual en plural que en singular es por la misma razón que la palabra caos no tiene plural, a saber, que lo abarcan todo para no dejar nada, nada más que el lugar del origen, todo otra vez, desde el principio. Por eso el Ave Fenix. Y por eso la secuencia de fracasos y triunfos, derrotas y victorias, caídas y levantamientos armados. Por eso, como el primero, el último delirio del suicida es creatividad. La vida y la muerte son lo mismo, son un ciclo, una espiral.

[] Iván Rincón 8:09 PM

Septiembre 3 de 2005

Me hallaba leyendo en la tranquilidad de un café de la Roma inundada por las recientes lluvias (me refiero a la colonia esa, en donde habita la comunidad de gusanos seductores), cuando una inmensa mosca prorrumpió en mi mesa, irrumpió y rompió el silencio imaginario con histérica estridencia, y corrompió la atmósfera, volando como demente de un lado a otro y sin tregua, sin descanso y sin sentido, lo cual me recordó a la gente inoportuna, impertinente y estúpida, que invade nuestra soledad, contamina todo lo que toca y lo que no toca, hace notar su presencia con insistente molestia, sin aportar nada a nadie, ni un pinche ápice, y no inspira más que asco, repugnancia, repulsión... gente que no merece una limosna de respeto, ni dos, ni siquiera llamarse gente.

Cuando mi odio repuntaba, el insufrible insecto se me acercó demasiado y reaccioné instintivamente con un golpe súbito en el aire que arrojó su gordo cadáver al suelo. Causa y efecto, pensé. Debí hacer esto desde el principio, antes del origen. Reflexioné mi soliloquio cinco segundos, quizás menos, y seguí leyendo, como si nada.

[] Iván Rincón 6:52 PM

Septiembre 2 de 2005

"Por nada merecemos tener estos hijos", le dijo el cardiólogo de familia a mi padre cuando salían ambos del consultorio. "¿Y qué hicimos nosotros, además de nacer, para tener estos padres?", le pregunté al cabrón. "Nada", respondió; "por eso quiero tanto a mi viejito". Vaya, pensé, por lo menos es congruente. Y entonces me fui con mi padre a comer por allí cerca, en donde una mesera apetecible no es mesera realmente sino puta. Mi papá sufrió otro infarto y el cardiólogo también, y yo sigo aquí en la cama... de la mesera-puta.

[] Iván Rincón 5:57 AM

Agosto 31 de 2005

Como el tatuaje críptico en las alas de una mariposa nocturna, los signos de la máscara que emerge del rostro a cada instante son símbolos de un lenguaje reducido a la metáfora del paso de las horas y los años, hasta que cegamos la fuente en donde se ahoga nuestra renuncia. De ahí el reencuentro cotidiano de la memoria con la soledad, y la confusión de los sueños y sus sombras con recuerdos de algo que nunca ocurrió, porque el espíritu del vino habita en el insomnio y camina bajo la lluvia, como los tzotziles. Los Altos de Chiapas están entre las nubes, y entre las nubes caminan de noche sus pobladores, como pálidas sombras en la oscuridad, guiados como el vuelo instintivo de los murciélagos, a través de las montañas, por veredas y caminos reales. Los murciélagos son ciegos porque no hay nada qué ver, nada que valga la mirada. Todo está en la zona oculta de los sueños y en la profundidad de las cuevas donde yace el pretérito y la pauta del miedo. ¿Habías notado que las mariposas nocturnas tienen ojos en las alas? También son ciegos, como el bebé de las tortugas que pueden volar, ahogado por su atormentada madre, y la fuente que cegamos para ahogar el reflejo de nuestra mirada, como quien rompe su espejo y queda ciego. ¡No importa! Los ojos tatuados en las alas de la mariposa nocturna son un símbolo, una incisión en la máscara que emerge del rostro a través del tiempo y escribe y describe a su manera ese paso por el laberinto.

¿Entendiste, pibe?

[] Iván Rincón 4:52 AM

Agosto 30 de 2005

La lluvia me agobia, me deprime, abona el tedio, llena de vacío la soledad y es más opresiva que un estado de sitio y su toque de queda, el genocidio y la barbarie, la represión política y militar, Abu Ghraib, Guantánamo o Puente Grande. Por las fisuras del cielo caen pirañas y tiburones en ayunas, y los nubarrones oscurecen el mundo inmundo, nauseabundo, y los presagios estridentes de tormenta me atormentan, me aturden, alteran el reencuentro de mi espíritu con su alteridad, y por mi raza habla el espíritu santo, y... ¡no, por favor, ya no!, ¿cuál raza?, ¿cuál espíritu?, ¿cuál santo?, ¿el enmascarado de plata?, y las aguas grises anegan las azoteas de esta ciudad desesperada y desesperanzada y desesperante, y hacen vomitar a las gárgolas indigestas sobre las banquetas y la mierda canina, y los borrachos resbalan y aplastan a los moluscos, tan lentos como son y tan babosos como el beso que me diste sin aviso ni permiso aquella vez, en la noche de los calvos, y los charcos son espejos de la luna, y la luna del espejo es otra cosa, y la luna en el espejo es una película argentina, si no mal recuerdo.

Pero Tláloc está loco y es peor que la "guerra contra el terrorismo" o el "eje del mal", el Grupo de los Ocho y Al Qaeda, la Escuela de las Américas, el imperio y sus vasallos, el imperio contrataca, los oscuros intereses que representa claramente la mafia de Bush el pequeño, la más grande alimaña que habita este planeta, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, la tiranía del capital o la dictadura del dinero.

La lluvia es una sombra que cierne su oscuridad sobre-humana sobre la humanidad. ¿Cómo sonó eso? Más que literatura vampírica, propicia tanto aislamiento como aglomeración. Fuera de casa, puede ser un buen pretexto para entrar al cine, pero también suele ser una película de horror en la que, a falta de originalidad del guionista y por mal gusto del director, crece un monstruo de congestión vehicular y empequeñece un peatón con megalopía, entre calles y avenidas inundadas. La gente de a pie, sorprendida y desesperada, corre al amparo de la impermeabilidad a la mano, o se guarece del chubasco en centros comerciales.

Todo aquí es capitalismo, hasta la "izquierda" con vocación de poder, ese violín que se toma con una mano y se toca (se pejecuta) con la otra.

Y cuando amaina la tempestad, el cielo que se vierte sobre la tierra convierte su líquida abundancia en lluvia meona, y la pretendida elegancia de algunos periodistas (pedantes, ignorantes, acomplejados), sobre todo en la radio, vierte y pervierte sinónimos al decir, por ejemplo, "precipitación pluvial" en vez de aguacero, y "lluvia pertinaz" en lugar de llovizna o calabobos. Nada mejor que la metafórica imaginación de un periodista, quizás un redactor-carnicero o un reportero-aprendiz de brujo, para crear sinónimos. Los derechos humanos, por ejemplo, son "preceptos fundamentales" (¡oh, yea!), el agua es "vital líquido" (¡okay, okay!), el café "aromático grano" (¡caray!, ¡qué grande eres!), el hospital "nosocomio" (¡sí, sí, sí!) y así todo por el estilo. Y nada mejor que la amargura de un periodista retirado a los 36 años de edad, que ahora quisiera ser escritor, para criticar a sus colegas en activo.

En realidad, lo bueno es que las ratas se comen entre ellas, y uno puede pisar a las cucarachas cuando escampa. ¡Eso es lo bueno!

Pero cada vez está más lejos el tiempo en que, a salvo del chubasco en una casa muy vieja, de paredes muy gruesas y techo de teja y madera, con pelos y más pelos de gatos y más gatos, bebíamos vino tinto, cerveza, tequila y jugo de limón, o ron cubano con refresco gringo, al calor del hogar y el deseo, y cantábamos trova española y latinoamericana, o charlábamos y charlábamos hasta que, pasado el chaparrón, nos había crecido la cabeza, el mundo era otro y, por supuesto, estábamos borrachos. Cuando huelo como ahora el incienso de mirra, sándalo y copal, recuerdo aquellos días en San Cristóbal de Las Casas y mis tórridas pláticas con Jeanette en Ocosingo, ¡sobre religión!, ¡válgame Dios! Jeanette, que había sido modelo, estaba en pos de un doctorado en filosofía y nunca logré convencerla, aunque estuve cerca, de que escribiera su tesis sobre la cosmogonía maya y más específicamente sobre la noción o el concepto de dualidad en el movimiento zapatista. "Aquí está Iván Rincón", dijo por teléfono el párroco de San Jacinto al día siguiente de una lluviosa borrachera con cerveza rematada por ella con marihuana en el cuarto de un hotel ocupado casi en su totalidad por agentes de la policía judicial, hecho que ignorábamos. "Viene con una alemana guapísima, despampanante". Sí, sí, sí. Dime de qué presumes... piensa mi otro yo, ahora que, al escampar en Coyoacán, el pueblo donde nací y al que sigo atado del ombligo, camino con un paraguas destartalado bajo "las heladas aguas del cálculo egoísta" y sobre las estrellas dormidas en los charcos, rumiando mi soledad, después de haber sido rehén del sirimiri más de tres horas en Samborns.

Cada vez está más lejos también el rumor de la selva entre su húmeda exuberancia, como de mujer.

Cuando viví en Juchitán en 1993 llovió durante quince días consecutivos y el Río de los Perros se desbordó y arrasó casas y caballos y vacas, y el lodo sepultó a algunas personas. Bajo la lluvia, entré caminando al ejido Emiliano Zapata con el agua hasta la cintura, porque el camión que llevó ayuda no pudo avanzar más, y los pescadores ponían sus atarrayas a la orilla de la carretera en espera de peces. Hoy recuerdo aquella escena como sacada de un relato de realismo mágico y publiqué una serie de reportajes sobre el tempestuoso desastre en la revista Motivos y el periódico local Tobi ne Tobi. De la revista era yo corresponsal en la región, y del periódico, jefe de información.

En fin. Todos esos momentos se perderán en el tiempo y sus recuerdos en la memoria, "como lágrimas en la lluvia".

[] Iván Rincón 8:52 PM

Agosto 19 de 2005

-Te fuiste de nuevo por ahí, ¿verdad? ¡Cochinón! Si te digo que eres un sucio, un asqueroso, un indecente, un inmoral. ¡Chinvergüenchón! ¿Otra vez en las andadas? ¡Canijo! ¡Ya te vi! ¡No lo niegues! ¡Desgraciado! ¿Quién te crees? ¿Y quién crees que soy yo? ¿Tu juguete? Aquí llamando a todo el mundo, como histérica, loca, babosa, y ni tus piches luces, ni tus chingados faros, ni una puta llamada en tres días con sus consecutivas noches. ¿Qué? ¿Respectivas? ¡Ah! ¿Y si yo quiero decir consecutivas? ¿Si se me da la regalada gana? ¡Pinche mamón, dizque intelectual! Vaya, que hasta la golfa del arete en el ombligo y el arete en la nariz y el arete en la teta derecha, y tú sabrás en dónde más tiene arete... sí, sí, sí, esa tipa, no te hagas, esa mero, la de los tatuajes en los hombros y las nalgas, te buscaba y te buscaba... igual estabas con ella, coge y coge, cabrón, pero no dejó de recordarme a la señora que hace más de una década llegó a la Casa de la Cultura gritando: "¡Iván Rincón está borrachísimo recorriendo todo Juchitán! ¡Dicen que anda preguntando por la Rata Picuda en la Séptima Sección! ¡Allá se fue a meter el idiota, imprudente, a mitad de la noche, pa' que lo maten de una vez! ¿Qué hacemos? ¡Por Dios!". Si en la próxima no te matan, de veras, voy a llamar a la policía para que te busque y te encuentre y te saque a golpes del tugurio en donde estés, seguramente buscando pleito con gente de la peor calaña y manoseando a la pobre que se deje, como la muchacha esa que está en la cárcel todavía y no has ido a ver ni una vez, aunque tampoco sea tu culpa, ¡mantenido!, ¡parásito!, ¡vampiro!, ¡proxeneta!, ¡vividor!, ¡holgazán! Deberías verte en un espejo, por lo menos y para empezar, y rasurarte, y arrancarte los pelos horribles y negros que te salen de la oreja. ¿Y ahora? ¿De qué te ríes? ¡Pito loco! ¡Lengua fácil! Te dejo porque yo sí me canso y yo sí duermo, aunque sea poco y mal, pensando en ti, recordándote, imaginando que hablo contigo, que me escuchas, que me oyes, que te burlas de esta patética demencia y después la ignoras, te vas y dejas tu odio, tu violencia, tu destrucción, y yo me quedo sola, como siempre, rumiando la debilidad con que nací... ¡Malengradecido!

[] Iván Rincón 8:27 PM

Agosto 17 de 2005

"Me encanta la franqueza de un hombre enmascarado", comentó el pingüino de Tim Burton, refiriéndose al murciélago, también de Tim Burton, y no al "cara de trapo", "nariz prominente" y "pasamontañas apestoso", "la voz de los sin voz", líder y vocero del EZLN, subcomandante Marcos. Nomás le faltó al pingüino decir "encapuchado" en vez de "enmascarado" y parecer gallina, más que actor enano y con nariz postiza y maquillado y de frac. Por cierto, que tzotzil significa murciélago en tzotzil. Las y los indígenas de los Altos de Chiapas, zapatistas casi todos, se denominan hombres y mujeres que van y vienen de noche, andan los caminos de noche, y nomás les falta volar... como a Batman, que es amo de la noche, señor de las tinieblas, la oscuridad... como Votán Zapata, hombre y mujer sin rostro, sin nombre, sin voz, "de caminar nocturno". Por cierto, que la máscara es una cara más, una más-cara, y quizás un rostro más barato que el original. Máscara significa rostro, según el origen árabe de la palabra.

Y ahora resulta que Emma Thomas, nombre inventado por Jaime Avilez, según yo, y después personaje del insomnio en este blog, es la productora de Batman inicia, en la vida real, y esposa del director de la película, también en la vida real, un señor que se llama Christopher Nolan, que antes dirigió una cinta llamada Insomnia, por cierto. De allí que Producciones Insomnio y Emma Thomas, nuevamente asociados (con Jaime Avilez y Jesusa Rodríguez), presenten ahora... Votán Zapata, el señor de la noche en la montaña, que vive en nuestra muerte y todo eso.

"¿Qué opinas de Marcos?", me preguntó el idiota que atiende mis hidroterapias. "Nada", le respondí. "¿Qué opinas de la nueva propuesta del EZLN?", preguntó mi vecino que vive en Londres, y ni siquiera le respondí. ¡Ah! Pero ayer, como el martes anterior, hubo una reunión de "intelectuales y artistas" para explicitar nuestra adhesión a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Y Nayeli Nesme, que es una mujer muy carismática y tiene un hermoso nombre y una hermosa voz, propuso (sin darse cuenta, creo) la formación de un "colectivo" llamado Votán, así que, en eras de la autenticidad y el mismo tenor, yo propondré llamar Batman al grupúsculo ese, digamos, como anuncio irreverente de nuestro enésimo fracaso, si es que no logramos reunir algo más o menos representativo de lo que nuestros clásicos llamaron "comunidad", por supuesto, en esta, la nueva campaña de la gran otredad, que vive al margen incluso de la marginalidad. La anterior campaña orientada en el mismo sentido (no electoral) se llamó 500 Años de Resistencia... por cierto. ¿Alguien la recuerda?

¡Votán Zapata vive en nuestras muertes! ¡Zapata vive y cabalga en las montañas del sureste mexicano!

¡Viva Batman! ¡Muera Marta Sahagún!

[] Iván Rincón 7:40 PM